sábado, 25 de abril de 2015

Ruta por la Sierra del Segura



Ruta CIRCULAR por la Sierra del Segura (Jaén)
Siles – Siles (Jaén) – 163 km.
14-15-16 Abríl 2015
Rodadores: Tomás López y José Antonio Moreno

 La ruta que detallo a continuación tiene la particularidad de permitirnos descubrir, no solo la belleza más abrupta del Parque Natural de la Sierra del Segura, sino también las pequeñas aldeas que dotan de vida (muy escasa por cierto) estos parajes. Unas aldeas que por su perdida ubicación y clima extremo, son rincones donde la vida tiene otro sentido y nos recuerda otras formas de vivir no muy lejanas y prácticamente olvidadas.

Nuestro viaje empieza y termina en Siles, pueblo de Jaén en el que dejamos nuestro vehículo que recogeremos  dentro de tres días. 

Siles es una de las puerta de entrada de esta serranía, una serranía, la del Segura, que ocupa el 80% del parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas y que nosotros vamos a descubrir a lomos de nuestras bicis y avituallados con nuestras alforjas.

14 Abril 2015 Primera Jornada
Siles 840m.- Alto de Capellania 1.520m TOTAL: 61km.
Empezamos pedaleando dirección Hornos en suave bajada hasta los 600m. para, inmedi- atamente, empezar a subir. Durante una buena parte de la ruta, podemos ver la población de Segura de la Sierra, pequeño municipio que, desde una majestuosa montaña, preside el valle que recorremos. El enclave de este pueblo es bellísimo pero desistimos de visitarlo por el esfuerzo que supone subir hasta allí. 
Pasamos por Cortijos Nuevos (760m.) e inmediatamente nos encontramos con una fuerte subida que nos lleva a Hornos (870m.). Reponemos agua y nos preparamos para subir, en poco más de 14km, hasta La Capellania, alto montañoso de 1.520m. 
El viento, de forma irregular, nos ha acompañado durante todo el día y ahora, pedaleando por el alto, totalmente expuestos, este se hace mas molesto y frío. El día cae y tenemos que buscar, precisamente por este alto, un sitio para dormir. Una pinada en un desnivel nos permite encontrar una zona de relativa calma para pasar la noche.
 
15 Abril 2015 Segunda Jornada Alto Capellanía 1.520m. -  Zona recreativa cerca de Los Anchos 1.200m TOTAL: 65km.
Envueltos en chubasqueros, comenzamos nuestro segundo día de ruta camino Pontones (1.340m). Tenemos cierta prisa por descender metros para ver si dejamos atrás el frio y la lluvia. En estos momentos, un bar donde tomar algo caliente y recargar los móviles, es nuestro objetivo. 

El pueblo de Pontones tiene un marcado toque turístico que en estos momentos resulta curioso por el paisaje casi mesetario, frío y ventoso que nos ofrece.  
Cumpliendo con el protocolo que las rutas turísticas ofrecen, nos acercamos al lugar donde nace el rio Segura, a cinco kilómetros de Pontones.
Una poza absolutamente cristalina nos muestra el eterno brotar de unas aguas puras que desconocen lo que tristemente les espera en su camino hacia el mediterráneo. En estas fechas, alejadas de cualquier época vacacional, el lugar merece la pena. Intuyo que en el caso contrario no será lo mismo.

 
Salimos de Pontones camino de La Toba y a los pocos kilómetros pedaleamos por la zona más alta de toda la ruta: 1.636m. El paisaje y sus detalles, así como el interminable ascenso, te confirman este dato. En ello estamos cuando unos amables Guardia Civiles nos informan de la espectacular ruta que nos queda hasta la Toba, nos hablan de Despiernacaballos y sus barrancos. Tenemos curiosidad de descubrir este tramo.

Unas pedaladas de relativo llaneo y el mapa nos indica que tenemos que descender en nueve kilómetros, 560m. Esto, a nada que estés un poco familiarizado con los desniveles, sabes que lo que tienes por delante no es un paseo. El tramo del Despiernacaballos lo tenemos delante y sus vertiginosas rampas nos ponen alerta y es conveniente concentrarnos en ellas para no tener ningún susto. 

El tramo es verdaderamente espectacular y se divisa perfectamente como la estrecha carretera serpentea casi de forma violenta agarrándose a paredes verticales de 500m de altura. Al empezar la bajada se percibe lo abrupto de este tramo y no dejas de preguntarte como era posible que las gentes de este entorno se empeñara en hacer su vida y sus aldeas en los lugares más inaccesibles y perdidos de esta serranía. Sin duda la belleza natural de entorno podría ser la explicación, pero tengo mis dudas al respecto.

La bajada es brutal y el peso de las bicis pone a prueba los frenos de disco, un complemento que ahora más que nunca, das gracias de disponer de ellos. Entramos en La Toba como si llegáramos a un pueblo primitivo de difícil acceso y alejado de la civilización. El detalle de una adolescente con su móvil nada más entrar al pueblo, nos devuelve a la realidad. 

El pueblo esta prácticamente regado por cristalinos arroyos que discurren por sus calles y que envuelven al pequeño pueblo en un eterno rumor de agua. Absolutamente bellísimo el enclave de La Toba y el Embalse de Anchuricas, un paisaje que te revuelve algo en tu interior, que te hace reflexionar sobre nuestro modo de vida y que te regala momentos de paz inolvidables.

Seguimos el cauce del rio Segura en dirección a Los Anchos dejando a nuestra derecha el Calar del Pino (1.550m). Pocos kilómetros después hacemos noche en un merendero que nos ofrece lo poco que necesitamos para sentirnos parte, durante unas horas, de la Sierra del Segura.


16 Abril 2015 Tercera Jornada
Zona recreativa cerca de Los Anchos 1.200m – Siles 840m. TOTAL: 38km.
La noche ha sido incómoda por la constante lluvia que no ha parado, un contratiempo que no suaviza la visita de un “amable” forestal que nos advierte que la acampada está prohibida y que desconocer la norma no exime de responsabilidad…Todo esto, en medio de la nada, absolutamente solos y lloviznando. Puedo entender que nos advierta, pero no entenderé que no pueda importarle nada de lo que estamos haciendo.

De nuevo toca chubasqueros en estas primeras horas de ruta y además deshacer siete km. que erróneamente hicimos ayer. Al poco, llegamos a Los Anchos (1.290m.) y nos encontramos, como en La Toba, un lugar de absoluta tranquilidad y paisaje idílico. 


Los Anchos es una aldea totalmente ajena al peregrinaje turístico y en ella no encontrarás un bar ni casas de alquiler ni nada de nada, tan solo algunas personas que, como Fran, tienen casa de generaciones anteriores y vienen puntualmente a disfrutar de estos privilegiados rincones alejados de casi todo signo de civilización. 

Nos damos un paseo por sus callejuelas mientras Fran me carga el móvil. Mi mente no puede evitar irse cien años atrás imaginando la vida en esta aldea, imaginando las calles llenas de vidas, de crios jugando, de perros ladrando, de hombres trabajando… 


Bueno, toca seguir, agradecemos la amabilidad de la única persona que nos ha atendido en el pueblo y tiramos dirección a Siles para finalizar el viaje. Bajo la amenaza constante de lluvia, seguimos pedaleando (y arrastrando la bici en ocasiones) mientras subimos de nuevo a cotas superiores a los 1.500m. Vuelve a llover y los kilómetros, que parecen no pasar, nos permite sentir en nuestra piel, la soledad permanente del lugar y el salvaje paisaje que nos rodea.

Bajo permanente lluvia, llegamos a un acogedor refugio de montaña que, en tales circunstan- cias es como encontrar un hotel de alta graduación, solo el estar a cobijo y tener una mesa para hacer la comida, nos parece un lujo que hace media hora era inalcanzable. ¡Mierda de humanos!, en circunstancias adversas, ¡que poco valemos!. Bueno, ahora ya solo nos queda bajar 450m. hasta Siles con la barriga llena, una bajada brutal y que disfrutamos enormemente. 

Hay una línea invisible que atraviesas en la bajada, a partir de la cual  te das cuenta que el viaje ha terminado que el paisaje no te invita a grandes reflexiones y que tienes que llevar cuidado con el trafico. En ese momento miras hacia atrás, ves la montaña, su grandeza, y te das cuenta que ese sitio donde mucha gente hizo su vida hace muchos años, ahora para nosotros a resultado agresiva y bella, acogedora e inhóspita…lo tiene todo, !menos para cargar mi móvil¡

Conclusión. Sin duda una ruta para reencontrarnos con nosotros mismos y reflexionar sobre la vida. El paisaje, las aldeas y sus gentes, invita a ello. En general una ruta dura donde la carga en las bicis se nota, te limita y no anima a explorar camino alguno, aun así, por todo lo que he contado y sin duda por la impagable compañía de Tomás López, el viaje ha merecido sobradamente la pena y me sigue enseñando a valorar lo que tenemos y ponerlo en su justo valor. El viaje ha estado lleno de pequeñas situaciones que intentaban ponernos al limite y que hacían que nos mirásemos y nos dijésemos, “que cojones hacemos aquí”. Pero es verdad si digo que la lluvia, el viento, las zapatillas empapadas, la manos heladas y las rampas interminables, no han conseguido en ningún momento desmoralizarnos y en este momento ya estamos preparando la próxima ruta.

MAS IMÄGENES DE LA RUTA


Camino de Los Hornos
Pueblo de Los Hornos
Uno de los tantos arroyos, este, camino de Los Anchos
Cerca de Los Anchos, nada más bajar la vertiginosa
carretera de Despiernacaballos
Haciendo la comida en La Toba
Esta imagen y siguiente, Pista en dirección a Siles
Pinos a 1.500m de altura
Poza/Nacimiento del Rio Segura (Pontones)
La Toba
Pontones

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