martes, 10 de noviembre de 2015

Ruta por el alto, medio y bajo Vinalopó

Villena – Elche (Alicante) – 75 km. (900m. acumulado +)
Fecha: 28 Octubre 2015
Rodadores: Tomás López y José Antonio Moreno
Texto: Tomás López – Fotos: Tomás y Jose Antonio

Quedamos a las 9 en la estación de tren de Elche. Como siempre José llega antes que yo, no tengo remedio. Subimos a un tren de media distancia que sería capaz de llevarnos hasta Ojos Negros (Via Verde) con total comodidad pero no vamos a repetir esa ruta. La de hoy es más modesta, nos conformamos con un viaje intercomarcal por la provincia de Alicante. 

Bajamos del tren en la estación de Villena, comarca del Alto Vinalopó, a las 10:40h. y comenzamos la ruta ciclando por el centro de esta ciudad buscando la salida de la misma. Salimos hacia la autovía dirección sur y tomamos la CV 814. Comenzamos a subir, dirección Urbanización Peñarrubia, una urbanización que tiene una entrada, puerta, en forma de arco árabe. Parece más la ensoñación de un constructor, con intento de pelotazo urbanístico, que otra cosa ya que son un puñado de casas y algunas a medio construir en un estado no habitable. Acabamos el asfalto y comenzamos un camino por la ladera de la montaña, por cierto, en un estado irregular debido a las últimas lluvias, que nos ofrece buenas vistas de Villena y su entorno.


Vamos dirección Biar en un ligero descenso. El centro histórico de Biar esta en alto, así que toca subir piñones para llegar a la plaza de la Constitución con  el Ayuntamiento y la iglesia. Esta, Nuestra Señora de la Asunción, es gótica con actuaciones posteriores, como la fachada principal de estilo plateresco, renacentista, y partes barrocas. Callejeamos por Biar para subir cerca de su castillo y deleitarnos con las vistas. Un pueblo bonito y con agradables habitantes.
 

Salimos de Biar por la CV 799 y comenzamos a subir el puerto que tiene 810 metros de altitud, por un agradecido carril bici en muy buen estado. Al bajar el puerto tomamos dirección Sax alternando asfalto y pista, siempre al lado de la autovía. Es momento de comer bajo unos pinos que nos protegen del sol y del viento, esto siempre es un momento muy agradable. Bordeamos Sax para tomar la CV 833 dirección sur. Antes de llegar a El Chorrillo tomamos un camino a la derecha con la intención de no cruzar Elda, y también, de hacer menos asfalto al tiempo de tener algo más de aventura  y disfrutar de la naturaleza.
 

Esto tiene sus desventajas ya que cuesta seguir el track que José había diseñado y lo más fácil es perderse, además alguno tramos están muy embarrados. Menos mal que no nos importa hacer empujing campo a través, que otra cosa no, pero andar nos sale bordado.

Ya estamos en el extrarradio de Elda, comarca del Medio Vinalopó, para llegar a las vías del tren, girar a la izquierda y seguir el cauce del Vinalopó. Es una pista en buen estado por el río y las obras del Ave, y con el sol que comienza a caer.  Antes de llegar al Castillo de la Mola paramos a contemplar los páramos de Les Salinetes. Es una zona donde termina un curioso arroyo salado que muere diluyéndose en el río vinalopó, no sin antes dejar todo el entorno con unas capas de sal solidificada que crea un aspecto casi luna al entorno. Como dato, deciros que mientras el agua del mar tiene 35 gm. de sal por litro, este arroyo tiene 250gm.
 

Seguimos hacia Novelda pero la bordeamos por caminos asfaltados que dan paso a casas de campo con cultivos de la preciada uva del Vinalopó. Por aquí hacemos una parada para conversar de la ruta que llevamos, de las futuras rutas, de la ruta de la vida... en definitiva, filosofía de campaña con humor y mucho buen rollo. Cuando decidimos continuar y volvemos a subir a las bicis, descubro que he pinchado la rueda trasera, uuuuuffff, cosas que pasan, un mal menor que siempre te pilla mal. Cambio rápido de cámara, hinchar y continuar.

Ya llegamos a la rotonda de Aspe por la que subimos hacia el polígono industrial Tres Hermanas y ya bajamos a Elche llegando al Bajo Vinalopó. Es el fin de una buena ruta que terminamos casi las siete de la tarde.

Conclusiones. Es una ruta muy recomendable en la que hemos visitado pueblos del interior de la provincia y disfrutado de bellos paisajes. Ha sido muy variada a nivel técnico, no muy exigente, pero tocando asfalto, carril bici, pista, camino, senda y campo a través, con grava, arena y barro. Una ruta que deja muy buen recuerdo y que se puede repetir de aquí a un tiempo.

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